No te volveré a fallar, lo juro. Sé que me estuviste esperando hasta el último momento en el puerto, Anthony me lo contó. Aprovechó también para decirme todo lo que opinaba de mí sin tapujos. Me lo merezco.
No pondré excusas. Tenía miedo y debería haber hablado contigo antes. Jamás he salido del condado de Oakham, mucho menos de Inglaterra. No fue la idea de casarme contigo lo que me echó para atrás, tienes que saber que tú eres el único hombre junto con el que me veo pasando el resto de mi vida, sino la idea de abandonar todo lo que conozco.
Recibí tu carta hace un par de semanas. Pensaba que me escribirías insultándome y maldiciendo mi nombre, pero cuando leí tus palabras de perdón me eché a llorar. Que me dijeras que aún me amabas fue como volver a respirar.
Desde que te fuiste he estado recordando cada verano que pasamos bañándonos en el lago, cada Navidad asando castañas en la chimenea y cada beso que nos dimos a escondidas. ¿Recuerdas aquella vez que nos pilló mi padre? Estaba tan enfadado que creí que te mataba ahí mismo. Aún sigo sin entender como lograste convencerle de que se lo había imaginado. Siempre has tenido un don para la palabra.
Una vez me dijiste que las oportunidades en la vida dependen de lo que estemos dispuestos a sacrificar. La oportunidad de pasar el resto de mi vida contigo bien merece sacrificar mi comodidad en Oakham.
Escribo esta carta confiando en que te llegue a tiempo. He tenido que pedir varios favores para conseguir un pasaje de tercera, pero mañana zarpo en el RMS Titanic hacia Nueva York. Nada me haría más feliz que ver tu cara entre la multitud del puerto para recibirme y comenzar esta nueva vida juntos.
Por siempre tuya.
Jocelyn
Comentarios
Tienes que estar registrado para poder comentar