Una mujer rubia menuda avanza a taconazos por el pasillo. Llega a una puerta de la que cuelga el título “Gerente Regional. Michael Scott.” y la abre sin llamar.
—Michael. David, de la central, ha mandado otro memo. ¿Cuándo piensas enviar el informe trimestral? Es urgente, el destino de esta delegación depende de ello.
—Angela. Mi pequeña Angela…
—¡Michael!
La sonrisa se borra de la cara de Michael. Trata de arrancar un pellejo de uno de sus dedos con la otra mano. Angela suspira.
—Michael, sabes que es importante. ¿Podrías mandar el informe, por favor?
Michael asiente y Angela se va resoplando y taconeando un poco más rápido de lo que vino.
Una hora después, We are the champions, de Queen, empieza a sonar a todo volumen. Todas las personas en la oficina levantan la mirada de sus escritorios y la dirigen con el ceño fruncido al origen de la música. La puerta del Gerente Regional se abre y Michael sale radio en mano.
—¡¡¡Lo hemos conseguido!!! —El grito retumba en la oficina—. Tras leer nuestro informe, la central ha decidido mantener abierta la sucursal de Scranton. Como os he dicho, si trabajamos como una familia, no hay de qué preocuparse.
Las personas en la oficina se miran unas a otras con Queen como telón de fondo.
—Michael, ¿cómo es posible que hayan tomado ya una decisión? Hace una hora ni siquiera tenían el informe.
—Vamos, Angela, Michael no jugaría con algo así.
—Por supuesto que no. Han sido tiempos difíciles, pero todo ha salido bien. Hoy lo celebraremos. En una hora, en la sala de reuniones.—Michael se hace oír por encima de la radio, que apaga para volver a su despacho.
Cierra la puerta y apoya la espalda contra ella, la mirada fija en el suelo. Tras unos segundos se sienta detrás de su escritorio y levanta el teléfono.
Junto al bidón de agua varias personas comentan la situación en voz baja.
—Incluso para el estándar de Michael sería demasiado. Los números de ventas han sido buenos este trimestre.
—¿Crees que han sido los mejores de la región? En el último memo dijeron que sólo una sucursal de la zona permanecería abierta. Creo que deberíamos llamar a la central para asegurarnos.
—No podemos hacer eso, Phyllis.
—¡¡¡Psssst!!! —Angela está al teléfono y tapa el auricular con la mano—. Es de la central. ¿Preguntamos?
Tras unas miradas rápidas, todos asienten. Tensos, esperan a que la llamada acabe.
—Van a organizarnos por equipos para optimizar las otras sucursales. Han decidido aplazar el cierre. —La voz de Angela tiembla, sonríe con los ojos encharcados.
El equipo se abraza aliviado y listo para terminar su turno.
Las mesas están sembradas de vasos vacíos, un hombre de mediana edad dormido en su silla tiene un pene pintado en la mejilla. En la sala de reuniones, personas bailan, beben, charlan y se ríen.
Tras la mesa de la recepción despierta la impresora. Un fax de la central.
“Comunicado de cese de actividad.”
Comentarios
No conozco la serie, me parece un texto interesante, y desde luego no le pondría un 1.... De todas formas, la nota de los demás jueces ha tenido que ser muy buena para quedarte en 18px. Animo.
Muchas gracias @Jon_Artaza, me animas mucho <3
Hola, yo tampoco conozco la serie, pero me ha sorprendido una puntuación tan baja. El relato funciona, quizás se quede un poco en anécdota, pero está bien desarrollado.
¡Un clásico, The Office!
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